Cuando hablamos de adicciones, no nos referimos únicamente a las sustancias (tóxico ocsustancia que cuando penetra en el organismo, indistintamente de la vía de administración que se use, produce una interferencia en el estado de ánimo del individuo), sino también a diferentes comportamientos que realizado de forma natural, es necesario, pero de forma compulsiva interfiere en los diferentes ámbitos de la vida de una persona e interfiere en su estado de ánimo, provocando sufrimiento su ausencia, y un colocón gratificante su presencia, generando un reforzamiento positivo al inicio del consumo y un reforzamiento negativo cuando la adicción ya se ha desarrollado.
“Esto significa que cualquier conducta «normal», incluso pueden ser conductas saludables, dependiendo de la intensidad, frecuencia, cantidad de tiempo y dinero invertidos en ellas, pueden convertirse en patológicas si no son controladas.
¿Por qué?
Porqué toda conducta placentera tiende a repetirse (por ejemplo, que me compre una camiseta y me vea muy bien con ella puesta, es una conducta que repetiré ya que mi cerebro liberó diferentes hormonas positivas, entre las cuales la dopamina, que harán que esa conducta se vuelva a producir a lo largo del tiempo).
Por eso, cualquier conducta placentera será susceptible de convertirse en un comportamiento adictivo siempre y cuando el sujeto muestre una pérdida de control a la hora de realizarla, persiste a pesar de las consecuencias negativas en su vida diaria y manifieste una dependencia de la misma.” (Maffii, A. 2024).
Por ello, se puede decir que el sexo, es una actividad gratificante y placentera para el ser humano en general, ypor tanto, la pérdida de control por parte de una persona de su vida sexual, y la necesidad de realizar actividades relacionadas con el sexo (masturbaciones, pornografía, etc), implicaría el posible desarrollo de una adicción al sexo.
Un factor importante a mencionar en este artículo es que la adicción desarrollada a tóxicos, bien a uno, o a varios (politoxicomanía), puede cruzarse con la adicción al sexo. Pero de la misma manera, una adicción comportamental puede presentarse sin comorbilidad con la adicción a la sustancia.
Y respondiendo a las dos grandes preguntas del título de nuestro artículo: ¿Qué sintomatología implicaría la adicción al sexo?:
a) Presenta una pérdida de control en el patrón de comportamiento sexual.
b) No presenta capacidad de parar, pese a las consecuencias negativas y pese haberlo intentado en varias ocasiones. Aumentando de esta forma el umbral de la tolerancia (necesita aumentar cada vez más el número de conductas sexuales para conseguir la misma gratificación que obtenía anteriormente con menos conductas sexuales).
c) Toda la rutina de la vida cotidiana de la persona está destinada a la actividad sexual o a la búsqueda de la misma, sin importar a que tenga que renunciar para ello.
d) Las principales estrategias de afrontamiento de la persona están centradas en obsesiones y fantasía sexuales.
¿Por qué la adicción al sexo es invisible?:
a) No hay signos visibles, no hay pruebas toxicológicas que demuestra la realización de la actividad.
b) Existe un tabú entorno a la sexualidad, por tantoa la persona adicta presenta vergüenza a la hora de pedir ayuda.
c) Dicha conducta se lleva a cabo en un ámbito privado: o a través de medios digitales o encuentros secretos.
d) Falta de consciencia por parte de los profesionales que a veces confunde un comportamiento sexual compulsivo como una pérdida de control y no como una adicción legítima.
Por tanto, es muy importante, una adecuada evaluación para tener en cuenta todas las necesidades de la persona que presenta la adicción.
Instituto Siquisa: expertos en tratamiento de adicciones con sustancias y conductas compulsivas.